sábado, 31 de mayo de 2014

Opositar es sentir: satisfacción

Hoy quiero hablar de uno de los mejores sentimientos de la oposición: la satisfacción de saber los objetivos cumplidos.

Es sensación de que hoy cumpliste horario...
    ... o este cante cumpliste número de temas...
       ... o este mes acabaste la materia que querías...
          ... o cumpliste el objetivo que te marcaste el año pasado para estas fechas.

Esa sonrisa que te estira cada músculo de la cara y que da igual con quién te cruces que ahí está inamovible, y que la gente se te quede mirando porque no son capaces de percibir que el corazón te va a mil, que tus poros exudan frases como...
 
   


   ... "toma, toma, toma",...
   ... "si, se puede",...
   ... "porque yo lo valgo",...
   ... "ole la cara del prepa"...
   ... "campeooooona, campeooona, oee, oee, oee".

Que en ese momento daría igual que te dieran la peor noticia del mundo, porque te sientes único, invencible y que serías capaz de llevar sobre tu espalda una manada de elefantes porque puedes con todo lo que te den.



A mi se me nota porque los ojos me brillan, porque gritaría a los 4 vientos que todas las lágrimas valen la pena por sentir una vez más ese calor interno de alegría infinita, porque me pararía a preguntarle a todo el mundo qué problema tiene que soy capaz de solucionar todos los del mundo mundial porque el Art. 31 CE ya no se me escapa, porque sería capaz de recibir las crítica más destructiva del mundo que sonreiría y seguiría mi camino.

Esta claro que opositar es estudiar, pero también es sentir los folios, los temas, los cantes...Y son sentimientos desbordantes, absolutamente inabarcables. La felicidad y el orgullo por uno mismo, es que es mejor que cualquier final de cualquier equipo o cualquier acontecimiento importante de la vida de una persona (yo siempre digo que el día que me case no creo que sea tan feliz como el día que apruebe).

Esta semana confesaré que he sentido esa felicidad absoluta, todos los temas están vistos para sentencia (¡por fin!), y por sentencia me refiero claro a las segundas y ulteriores vueltas XD. Pero es el decir "ole yo que he sido capaz de estar al pie del cañón y seguir con ganas de pelear por mi plaza". Por fin los pasos de hormiga se han convertido en un paso de elefante, y aunque queda mucho por hacer, esto ya empieza a ponerse interesante.

El sentimiento que lo describe es como cuando vas en coche y coges a cierta velocidad un descenso, que el estómago se te sube un poco hacia arriba, te gusta y no esa sensación a partes iguales. Pues igual. Exactamente igual. El agobio de hacer temas queda atrás, pero ahora viene el de machacar y machacar y machacar. 

Que este sentimiento de felicidad absoluta se disuelva lo menos posible, y que os contagie algo de él, porque SI, SE PUEDE y todo llega.

sábado, 24 de mayo de 2014

Ego, yo, mi, me, conmigo


Desde que oposito me he vuelto egoísta lo reconozco, en parte voluntariamente y en parte por necesidad.

Hablando con otros opositores me doy cuenta de que es una especie de coraza de cara al mundo exterior, que puede llegar a ser inexplicable de puertas para afuera pero que para nosotros tiene todo el sentido.

¿Tiene necesariamente que ser egoísta/egocéntrico el opositor?¿es una conditio sine qua non? 


Es una pregunta que no tiene respuesta, pero desde luego a mi me ha vuelto más egoísta, por muy mal que suene y muy antisocial que parezca.

Creo que tienes que ser egoísta en el sentido de que tienes que cuidarte y mimarte como si fueras lo más delicado del mundo, sobre todo cuando llevas algún tiempo en este mundo. Ya he venido hablando de lo importante que es para mi el equilibrio en la opo y de la fortaleza mental para aguantar esto. Yo no he podido conseguirla hasta que he reposicionado el norte de mi brujula en mi misma. Siempre he sido de poner en mis prioridades a los demás, porque lo disfruto, pero eso me ha ido comiendo muchas fuerzas en este tiempo y he tenido que poner unos límites.

Mi norte soy yo, porque soy la única que está luchando por esta plaza -ni mi más muy mejor amigo ni mis padres serán los que canten ante el tribunal- sino yo sola, y ya puede venir el Papa de Roma en peregrinación a mi casa para decirme que todo irá bien, que si no me lo creo, esto no me lo saco. Así que he decidido:

1. Prescindir de compromisos sociales (compromiso en el sentido más estricto del término, de esos que parece que tu alma pesa unas 500 toneladas porque tienes menos mil ganas de ir).
2. Prestar un poquito menos de atención a los problemas de los demás y que son "intrascendentes" (que si el jefe ha salido antes de tiempo y yo me he tenido que quedar a cumplir mi horario; que si maripili me regaló esto cuando yo quería aquello...).
3. Mimarme: jamás lo había hecho -mal por mi parte- y la opo me ha abierto los ojos a ser un poco más cuidadosa conmigo misma.
4. Quedar con quien me apetece.
5. Peli y manta aunque me hayan invitado a la mejor fiesta del mundo, si no me apetece ir.
6. Priorizar lo importante: que parece sencillo pero a ver quién tiene clarísimo qué hace un día de descanso si va mal de tiempo con los temas ¿descansa o estudia aunque no llegue?

Puede que dé una visión demasiado frívola, también es cierto que ese "egocentrismo" ha revertido positivamente en la gente que me valora y a la que valoro por encima de todas las cosas. Mi familia y mis amigos más inmediatos. Ellos se llevan todo mi tiempo, mis conversaciones, mis abrazos y mis lloros. Pero también creo que a la vez estoy más "cerca" de ellos porque ahora si me necesitan soy capaz de dejar de lado esa "super cena" por quedarme media hora charlando con mi madre, o soy capaz de sacrificar el día de descanso porque mi mejor amigo necesita quedarse hablando conmigo hasta las 2 de la mañana comiendo pizza en un garaje (lo sé, suena raro de narices, pero a veces las situaciones absurdas son necesarias).

Para terminar creo que también nos volvemos egocéntricos como mero caparazón de cara al exterior. La figura que me imagino yo es la del niño tapándose los oidos con las manos y cerrando los ojos al grito de "habla chucho que no te escuuuuucho". Porque a veces saber que vives en una realidad paralela duele, y mucho.

PD: Atravieso momentos turbulentos de ánimo, disculpad si en los últimos tiempos mis escritos no son todo lo motivadores que quisiera.

Buena semana!


lunes, 19 de mayo de 2014

Palabra a palabra, sílaba a sílaba, vuelta a vuelta




 Eso de que la paciencia tiene un límite es verdad. Suelo ser una persona relativamente paciente, pero en los últimos tiempos no hay forma de encontrarla y sobre todo si tiene que estar ligada a mi.
 

Me explico. Estudiar no es más que paciencia para contigo, para con el legislador y para con el tema. Si se unen estos 3 elementos tienes el tema ganado.


El problema surge cuando:

1. Tienes uno de esos días en que no te aguantas ni tu mismo, que cogerías una cremallera imaginaria, te desvestirías de ti mismo y te meterías en cualquier sitio a esperar que se te pase.

2. Cuando el legislador está "tocapelotitas" y te cambia la ley o el reglamento oportuno (normalmente suele ser del tema que justo viste para el último cante). Momento en el cual si la paciencia está al límite, suelen pasar por tu cabeza o bien todo el santoral o bien todos los ancestros del bien amado legislador.

3. Paciencia con el tema. ¡Estás de suerte! Eres una persona medio aceptable, medio simpática y te medio quieres, el legislador esta mañana no ha decidido meter el dedo en la llaga y solo ha modificado los precios del tabaco o de los hidrocarburos (que p'al caso a nosotros en términos opositoriles nos importa un comino)..pero ¡¡¡surprise!!! El tema es absolutamente infumable: o está mal redactado o los artículos están derogados o es farragoso o simplemente si lo hubiera redactado un mono hubiera quedado mejor.

Mi problema con la paciencia -el más grave quiero decir- es con mi escasa capacidad de literalidad. Me impaciento cuando tengo que "perder" tiempo mirando fijamente un artículo palabra-por-palabra-s-í-l-a-b-a-a-s-i-l-a-b-a. Que los primeros folios me los cojo con la paciencia del Santo Job ("vamos, que hoy si, hoy no te dejas ni una coma") pero es llegar al parrafazo de turno, o al articulito con las palabrejas más complejas y ¡¡bye bye Señor Job, hola impaciencia!!!

Eso se refleja, obviamente, en mis cantes. Siempre, siempre, siempre me dicen "no está mal, pero te falta detalle". Y ahí, pues me mosqueo, conmigo y con el mundo, porque es mi talón de Aquiles: la santa paciencia!!

El prepa me ha dicho que al final lo de los detalles también es una cuestión de vueltas, así que todo sea seguir trabajando la paciencia palabra a palabra, sílaba a sílaba y vuelta a vuelta.

Ánimo con esa semana!

jueves, 8 de mayo de 2014

Atravesando una tormenta (más)

Si hay algo que la oposición me ha dado son los momentos más gratificantes, pero también los peores. El sábado pasado fue uno de estos últimos.

El viernes ya empezaron a flojearme los ánimos y a pesar de los abrazos mendigados a una amiga y los inesperados comentarios de que mis temas son lo mejor (son como mis hijos, imaginad el orgullo de una madre cuando dicen que su niño es el mejor de la clase y extrapoladlo a ese comentario), nada consiguió sacarme de ese estado.

La catátrofe se cernía sobre mi, y efectivamente, el sábado amanecí con la cabeza gacha, me arrastré a la cocina, me senté con mi café con leche delante y empecé a darle vueltas con la cucharilla...y una...y otra...y otra...hasta que la tormenta se desató, empecé a llorar y llorar y llorar... Por suerte, andaba mi madre cerca para escucharme, para abrazarme.

Me dijo que este es un camino duro, que es normal que no siempre esté en la cresta de la ola. Pero esa impotencia que sentía...ese sentimiento de querer llorar mezclado con rabia, el no entenderte ni a ti misma...Eso nadie te lo explica ni en la facultad, ni en casa, ni el primer día que te presentas al preparador.

Son sentimientos puros y duros, como querer a alguien. Absoluta y completamente irracionales. Y yo me asusté, porque "ostras tu, a ver si voy a coger una depresión". Que yo a la opo se lo doy todo todito todo, menos a mi familia y mi alegría.

Entonces fue cuando empecé a exteriorizar todo lo que me preocupaba, desde quedarme calva (leñe con la caidita de pelo) a que los temas tardo mucho estudiarlos en segunda vuelta y eso hace que vaya con el agua al cuello, hasta el pánico a convertirme en un ser tan raro y antisocial que me quede sola en el universo.

Entonces mi madre no sé a santo de qué, sacó la frase de la semana lo de "en mi p*** vida he cobrado un sobre" y no sé cómo pude llegar a entender toda la rabia que se incluye dentro de esa frase. De antemano diré que no sé si los cobró o no, sino que lo extrapolo a su condición de exopositora. Es que me imagino, yo en ese momento, con mi plaza que me ha costado años, amigos, lloros, disgustos, rutina, arrugas, kilos, desconexión...y que venga otra persona -quién sea!-a decirme que he hecho una cosa así...y bueno, lo de decir una frase tan así hubiera sido lo menos que hubiera hecho.

Y en ese momento pensé que no quería que estos momentos tan amargos se me olvidaran, no quiero olvidarme que esta plaza -en presente, si, mi teoría es que ya es nuestra- me ha costado más que cualquier cosa. Quiero que cuando llegue el momento en que me asquee la Administración Pública, o mis jefes sean odiosos o simplemente me aburra -porque ese día puede que llegue- me recuerde llorando, abrazada a mi madre, deseando tanto estar ya dentro, trabajar por el interés general, disfrutar con el derecho...y me dé cuenta de cuánto costó, que no me vino regalada, que me cambió tanto por fuera como dentro.

El sábado deseé ser otra persona. Pero si lo pienso ahora, no sé quién me hubiera gustado ser, creo que en el fondo nadie, al fin y al cabo, lo que fácil viene fácil se va, y yo no busco una plaza para dos días.

Puede que sea verdad eso de que hacen falta momentos malos, para apreciar los buenos. Atravesar la tormenta y mantener las velas solo depende de uno mismo.

Buena semana.

jueves, 1 de mayo de 2014

Una carta en tu buzón.

C/ Del precepto s.n.
Ciudad: Constanza
Provincia: Esfuerzo
País: España

Estimado lector,

Te escribo en un momento de cordura, puede que de los pocos que me queden en estos días, porque creo que es vital lo que tengo que decirte.

Sé que no son tus mejores días, que andas un poco perdido a pesar de que el camino es el mismo desde el principio. Pero es normal que en las travesías largas, los kilómetros pesen, los pies se ampollen y las piernas se entumezcan. Lo mismo te sucede, porque el tuyo, amigo, es un camino doblemente cansado, por lo físico y por los psicológico.

Sé que ha habido días en que no tenías ganas de levantarte de la cama porque pensabas que el camino era infinito. Pero recuerda el primer día, cuando cogiste las botas, y trataste de estudiar un mísero folio, y no te viste capaz ¿qué hiciste? Decirte a ti mismo que si habías sido capaz de sacarte una carrera, ¿por qué no ibas a ser capaz de estudiar 12 folios? Y mírate!! infinitos cantes a tus espaldas, unos mejores y otros no tanto, pero has sido capaz no solo de estudiartelos, sino de estudiarlos, cantarlos y enfrentarte al preparador.

¿Por qué ahora no? Ahora tienes músculo hecho, tienes folios y folios memorizados, sabes qué horas son tus óptimas y las que no lo son tanto, las actividades  que te despejan, la gente con la que cuentas y con la que no.

También sé que vas con el agua al cuello, que el listón está alto y que te esfuerzas. Eso créeme que lo sé. Tanto como que tienes un pavor horrible a que el esfuerzo de hoy no sirva para tu objetivo. Pero yo te digo, que esos 5 minutos más que le dedicas a ese artículo, ese cante extra que añades al tema, esa cena a la que dejas de ir porque sabes que se alargará, valdrán la pena. Seré franca, nadie asegura tu objetivo, pero esa vuelta de tuerca "extra" marca la diferencia, ya no solo en el tribunal, sino para ti mismo, porque cantarás ese artículo o ese párrafo al que dedicaste más tiempo, lo harás bien y sentirás satisfacción por el trabajo bien hecho. No hay cosa que valga más que el estar satisfecho con uno mismo.

Oyes mucho estos días aquello de que por un cante mal hecho no pasa nada, que "solo" es un cante, y sé que en ese momento sientes incomprensión por quienes te rodean. Te digo que no gastes energías, que tu y yo sabemos que el cante es tu trabajo, es tu meta a corto, es el rendir cuentas no ya a un tercero, sino a ti mismo. Haz oídos sordos porque aunque grites y patalees no lo entenderán, y solo hará que restarte fuerzas.

Te sientes solo, aventuraría a decir que incluso algo vacío. Es normal. Pero cuando te pase eso, no pienses en grandes gestos o en grandes celebraciones, levanta la cabeza y mira las pequeñas cosas del día a día, y verás como hay gente. Quizá no quienes te gustaría que hubieran estado, pero si que hay gente, incluso algunos que puede te sorprendan gratamente. Aférrate a ellos, consúltales, cuéntales lo que te pasa, si están es por algo, y aunque no entiendan la situación al 100% te apoyan por quien eres.

En ocasiones te sientes mudo, porque o hablas del tiempo o de tus oposiciones. Es normal y cuenta con ello. Dedícate a escuchar, es una tarea que a veces se nos olvida que existe. Y habla, habla por los codos con aquellos que te aprecian, aunque sea para repetir 3 veces en un cuarto de hora que te has estudiado tal o cual tema. Eso oxigena.

Pero sobre todo, házme caso, sirves para esto, sino hace tiempo lo hubieras dejado. Puede que el cansancio físico esté haciendo mella, pero si es así, readapta tu día a día a las nuevas necesidades. Estas en un camino difícil, puede que en una de esas etapas en las que tienes que echar mano de todas tus artimañas contigo mismo para seguir, para creerte capaz, para serlo. Recuerda el por qué de esta profesión, el por qué de este sacrificio, dónde empezaste y dónde esperas llegar, lo que has recorrido tu solo, los aprendizajes del camino...

No eres el mismo que el que empezaste, eres mejor, y llegarás a serlo aún más. 

Confía en tí, 
                    lucha contra tí mismo,
                                                         véncete
                                                                       supérate
                                                                                       exprímete
                                                                                                         ERES CAPAZ.

Fdo. Una amiga que también confía.