jueves, 29 de enero de 2015

Opositar es sentir: Grrrrrrrrrrrrrrrr!

...y no, no es el grito del salto del tigre, ni las tripas pidiendo comer, no. Soy yo. Gruñendo, a los apuntes, a mi familia, a las personas a las que quiero, al vacío, al reloj porque pasa muy lento, al reloj porque pasa muy rápido...en fin que Grrrrrrrr! como estado.


Hay días que da igual, la rabia está ahí, y es rabia con todas las letras, como quisiera abrasarte las tripas y de paso llevarse todo lo que encuentre por su paso. Para mi los días que aparece (gracias a Dios, los menos) me resulta muy difícil controlarlo, así que si me doy cuenta de que estoy entrando en "fase Grrrrrrrrr!" casi me paso el día cruzando los dedos para que nadie me hable, me escriba o similares (aunque, si eso pasa, también me pongo a gruñir porque nadie se acuerda de mi)...en fin. 

Claramente este es otro de los síntomas de nuestro archiconocido Bipolarum Opositorum (tiempo al tiempo, que algún psicólogo un día lo acuñará como término médico). La verdad es que es una situación -por llamarlo de algún modo- que aún no he descubierto cuándo me sucede...esta vez ha coincidido básicamente con un cambio de planing, a algo más "intensito" -por no llamarlo "El-Planing-Que-No-Debe-Ser-Nombrado" dado lo heavy del mismo. 

Los síntomas, por si os ocurre, son básicamente los siguientes:

- Gruñir y gruñir: si tienes perro tal vez es el momento de empezar a tratar de comunicarte con él. Por desgracia yo no tengo así que estas horas, son menos productivas de lo que podrían serlo.

- Ladrar: "u seasé" lo que viene siendo contestar mal, con tono seco y más bien tendiendo a ser una persona desagradable. Es evidente, que la persona se encuentra en un estado en que no es consciente de estas contestaciones y si lo es, le parecen apropiadas, pues considera que tiene derecho a estar enrabiada con el mundo. En estos casos, existen 2 soluciones, o bien esos días aprovechar para quedar con personas de las que te quieres deshacer en tu vida o bien apretar dientes y esperar que las horas en que eres visible para los de casa pasen rápido, para causar los menos daños posibles.

- Pensar que el blanco es algo deplorable y que el negro es detestable: vamos, que lo mismo da que da lo mismo, todo te dará rabia o tedio o simplemente atacarás al mundo porque sí. En estos días NO es conveniente irse de compras (aquí una que decidió que era buen momento para comprarse prendas nuevas y acabó detestando hasta la ropa que llevaba). 

- La careta: si, amigos, cuando has pasado por todo lo anterior, tu sigues creyendo que tienes la razón en todos los gruñidos, ladridos y lo deplorable de todo en general, pero además tienes la falsa ilusión de que físicamente, tu cara sigue pareciendo la de una persona feliz con el mundo. N-A-D-A más lejos de la realidad. Por experiencia. A mi una señora mayor me llegó a preguntar en el autobús, con respeto, si me era incómodo que se sentara a mi lado, y os prometo que yo pensaba que le había sonreido cuando la miré.

- Zapatazo: o bueno, bofetón, mordedura...eso ya, segun filias y fobias de cada uno. En mi caso nunca se ha dado, pero cuenta la leyenda que Drácula empezó siendo un humilde opositor con ataques esporádicos de "fase Grrrrrr!" así que nunca se sabe, pero por si acaso, añadid al kit opositor un ajo :-p

Buena semanita ;-)

viernes, 23 de enero de 2015

La aventura

Y es que hay muchos tipos de selvas
No era la primera vez que se embarcaba en una aventura por la selva, sin embargo, nunca había sido de aquela magnitud. Como tantas veces había imaginado, cogió su mochila de explorador, con mil bolsillos, cremalleras y recovecos que rellenar. Sabía que la naturaleza a la que se iba a enfrentar no era corriente, no consistía en ir al parque donde siempre había ensayado, sino que ahora empezaba el camino de verdad.

Llamó a toda su familia, a sus amigos, a las personas importantes en su vida, y les explicó que había recibido esa noticia para la que se había estado preparando todo este tiempo, que el camino estaba a punto de empezar y que pasara lo que pasara de entonces hasta cuando regresara, tenían que saber que los quería con todas sus fuerzas, y que aunque algún día les llegara una postal borde o las respuestas a sus llamadas fueran más ariscas de lo normal, iba a ser producto de todas las vacunas que el camino hasta su destino requería. 

Rellena su mochila con gafas, carpetas, folios, lápices, sacapuntas, cronómetro y chándal, suspiró como queriendo coger todo el valor que cabía en esa habitación, salió, cerró la puerta y supo que en aquél momento se producía un cambio esencial tanto en su interior (por la amalgama de sentimientos encontrados que su cabeza/corazón eran capaces de soportar) y exterior (pues sabía que era momento de priorizar y por tanto incrementar el nivel de restricciones).

Su primer encuentro en el camino fue una Tortuga, la cual le recordó que el tiempo de detenerse a saborear su labor (su estudio diario) había terminado, y que era hora de fijarse en otro animal, un poco más alocado pero con unas energías prácticamente inagotables: la Liebre. Ella le enseñaría todo lo que tenía que hacer para conseguir su vitalidad y su rapidez para llegar a meta dentro de tiempo y pudiendo aspirar al puesto que por su esfuerzo le correspondía.

Así que fue en su busca. Le comentaron que se encontraba, por la época del año que era, en El Grifo Dormido, un lugar que los más viejos del lugar recuerdan como unas preciosas cascadas, que hacían reflejar el sol y convertir un paisaje, ahora yermo, en un lugar que conseguía reunir a las instituciones más notables del lugar.

Cuando llegó, halló a la Liebre brincando, como no, entre "in rem verso", una extraña flor que al tocarla se convertía en piedra, para proteger su interior. Ella le dijo que, para continuar su camino, debía gritar con toda su alma, aquello que estaba buscando, y así lo hizo:

-¡¡QUIERO PONERME A CAMINAR!!

Y como de la nada, se oyó un rumor, cada vez más fuerte, y de repente, de aquél grifo enoooorme que gobernaba la visión general, empezaron a caer folios y más folios, sin ton ni son...Eran demasiados, absolutamente inabarcables así, de repente, y antes de caer exhausta por la impresión, oyó como la Liebre le decía: "El 1 delante del 2 y el 2 delante del 3".

Así pudo recordar que de nada servía correr al tun tun entre los folios, sino que debía empezar un plan de acción para que le ayudaran a salir de ese valle en el que se encontraba.

viernes, 16 de enero de 2015

Preparadores: ¿amigos o jefes?

¿Amigos o jefes? En un primer momento siempre les consideré jefes o mejor dicho, profesores, al fin y al cabo, mi única "profesión" ha sido la de estudiante, lo que siempre ha implicado que a la persona a la que "rendía cuentas" estaba por encima de mi, había que tratarle con respeto (y más si hablamos de profesores de universidad) y en fin, que siempre había un cierto muro infranqueable que impedía relaciones personales.

 
Así que llegar cuando empecé la oposición, como siempre había hecho, cogí el esquema hasta entonces utilizado (también es que soy un poco germánica para estas cosas) y entablé una relación profesor-alumno al uso con mi prepa. No obstante, con el paso del tiempo, te das cuenta que este mundo no tiene nada que ver con el de ir a clase en el colegio o en la universidad, que la situación probablemente requiere algo más de conocimiento personal. Más que nada porque tu rendimiento se ve salpicado en muchas ocasiones por situaciones personales complejas (más aún si tenemos en cuenta que en los veintitantos empiezan los achaques de nuestros mayores, las pérdidas de familiares, la entrada en la juventud adulta...). 


Para mi siempre ha sido un handicap cómo enfocar mi relación con el preparador. ¿he de contarle que lo he dejado con mi novio?¿que mi madre se cayó ayer y por eso llevo menos temas?¿hasta dónde contarle? Porque claro...no es un amigo pero tampoco le puedo considerar un mero profesor o jefe. Conozco toda variedad de opiniones al respecto, desde gente que va casi como terapia al preparador, se sienta en la silla y empieza a relatarles detalladamente su vida, a gente que va, canta el tema y poco más.

Otra de mis dudas, relacionada con la anterior, es que cuando entras al despacho o donde te reciba el prepa...¿de qué hablas? Yo muchas veces me agarro como si no hubiera mañana al tema por antonomasia: el tiempo. "Menudo frío", "Hoy el solecito este engaña ¿eh?" ... a veces pienso que debe creer que me dedico en mi tiempo libre a ser mujer del tiempo jajaja. 

En último lugar, el preparador también es persona, y como tal tiene sus días buenos, regulares y malos (y ojito con esos últimos y hacer un mal cante). No sería la primera ni la segunda vez que sobrevivo (si, he dicho bien, sobrevivo) a las miradas cuasi-homicidas de mi prepa a uno de sus hijos cuando ha suspendido una asignatura y osa salir de su habitación. 

Así que, mi conclusión tras este tiempo es pensar que es una persona a la que se le debe respeto, pero también tenderle la mano hacia nuestros problemas o dificultades en cuanto se refieran a la oposición. Comentar puntualmente algo que hagas en tu tiempo libre que sea especialmente remarcable, pero sin excederse. Y sobre todo, tener claro que está para resolverte cualquier duda que te surja, porque es una relación que debe estar basada en la confianza y no en el respeto-muro de otras sedes. 

Buena semanita ;-)

viernes, 9 de enero de 2015

Quemada o no quemada, esa es la cuestión

Hete aquí esta humilde opositora, que tras las oportunas vacaciones...-perdón perdón, dije ¿vacaciones?, quise decir receso, kit-kat, ir a la esquina y volver- en fin, como decía me disponía a coger mis venerados temas tras estos días, con todas las ganas, la motivación ("¿2015?, bua, este año me lo como con patatas"), subidón subidón al estilo el Neng y...tachan tachan...que nada, el rendimiento como antes, como los caracoles y no digo cangrejos porque para atrás gracias a dios aún no se puede (todo sea ponerse).

La cuestión es que dedico a los temas muchas horas, más que en vueltas pasadas, por aquello de machacar machacar machacar e ir al detalle, y cuando estudio es como si mi cerebro no asimilara o como si los conocimientos fueran un chiquillo en el parque y fueran super emocionados al tobogan, subieran la escalera y luego resbalaran y resbalaran y resbalaran hasta un pozo sin fondo. No obstante, el día de cante -el cual dedico siempre o bien a cantarme los temas que no me he cantado los días previos o bien a repasarlos o recantarlos- siempre dedico 1 hora al final de la mañana a echar un vistazo rápido de los temas, y voilà! están ahí, los conocimientos, digo. Me acuerdo muy bien de ellos.

De hecho el otro día me pasó una cosa inaudita, me preguntó un tema atrasado (temas majos, ya sabéis) y cogí, empecé a cantar y a mitad cante, de esto que pones piloto automático con el blablabla y me encontré pensando "jo, que rollo, ahora viene esto y luego lo otro, a ver si cuadro tiempo". 

Vamos que estudiando me siento subnormalita y aunque voy nerviosa a los cantes (eso nunca cambia), por primera vez vi que me acordaba y encima con el cerebro pensando por libre...

Lo cierto es que a pesar de que noto que empiezo a controlarlos y no ellos a mi, mi rendimiento se ha visto reducido bastante en los últimos tiempos, no por falta de motivación, ni de ganas, así que mi pregunta es si esto es lo que llaman empezar a quemarse, y si no va siendo hora de cambiar de temas y empezar a ver otro ejercicio. 

Sea como fuere, 2015 empieza de lo lindo, no dejemos que se nos pierda en el camino. Buena semanita!

domingo, 4 de enero de 2015

Al año, a los Reyes, a la vida

Quién más quién menos, estos días está haciendo una suerte de lisado, ya sea meramente interior o en papel, sobre sus peticiones a Sus Majestades o a si mismo, para 2015. Soy una enamorada de los listados y pido a los Reyes, al 2015, a la vida:

1. Un buenos días 2 de cada 3 días, para poder apreciar esos 2 días que tengo unos Buenos Días.

2. Paciencia, en monodosis, a toneladas, por camiones y completamente gratuitas. Para los míos, para conmigo; para mi, para conmigo también.
 3. Proyectos, tenerlos y valorarlos. Ilusionarme con ellos, por ellos y para ellos. Que sostengan mi camino y mis piernas cuando flaqueen, y que mi cabeza siempre los tenga en mente, para seguir tirando aunque se haya hecho de noche y haya Luna Nueva.

4. Movimiento: no conformarme y hacerlo, a partes desproporcionadas. No conformarme con lo cómodo por el simple hecho de que lo es, sino pelear, ensanchar la goma de la vida para que quepa un poquito más de conocimiento (aunque parezca mentira aún cabe un poco más), de experiencias, de alegrías y de batallas que atravesar. Conformarme con lo que me gusta, mantenerlo y no cambiarlo al tuntún, sin motivos ni razones.
5. Positivismo, a hectolitros, en piscinas, barreños o directamente un mar en mi casa. Me da igual. Pero lo quiero, para todo el que lo necesite, para todos los que este año veremos como un nubarrón-cito se sitúa un ratejo (no le dejaremos más) sobre nuestras cabezas. Para que la tormenta escampe cuanto antes y nosotros salgamos de ella con la sonrisa en la cara.
6. Esperanza. En nosotros, en la humanidad, en el que tenemos al lado, en que todo va a ir bien (lo que sea que tenga que significar ese "bien", si puede ser mejor a largo plazo que a corto, gracias).
7. Un chiste bueno al día. Porque nos merecemos una risa oxigenante al día.
8. Un abrazo sincero a la semana. De estos que te estrujan, que casi te dejan sin oxígeno pero que lo curan casi todo.
9. Un(os) buenos cantes al mes. ¡Mira si pido poco! no todos los cantes buenos, con unos cuantos va bien...o qué se yo...al menos unas palabritas de ánimo del prepa ("¡vamos champion que estás mejorando!" o algo así)
10. Llegar a meta. Cuando sea y como sea, pero llegar y poder tener nuestro minuto de gloria, llamando a tu familia y decirles "no más silencio en casa por favor, por esta vida ya basta: HE APROBADO".

Querría pedir muchas cosas más, pero creo que es un buen resumen de lo que hoy le pido al año, a los Reyes y a la vida.

Buena semanita ;-)