jueves, 28 de abril de 2016

4 años y una (misma) ilusión

Vine para decir que hoy me he oído en una conversación diciendo "Pues si, llevo 4 años, pero la verdad es que no he perdido la ilusión". Tras unos segundos he matizado "Puede que no sea el caballo desbocado que era cuando empecé, pero sigo teniendo MUCHA ilusión por aprobar".

Cuando volvía a casa, ya en silencio en el bus, rodeada de gente pero ya sola, he regurgitado esa frase, que ha dejado un poso más dulce que el trozo de tarta que me acababa de tomar. La he pasado por la carrillera derecha, luego la izquierda y tras un chasquido con la lengua cual zagala en el campo, he dejado que volviera a su lugar de origen. 

No han sido tiempos muy fáciles -tampoco de los más difíciles, para qué engañarnos- pero estoy contenta. Lo que más tensión me ha generado estas semanas ha sido no saber muy bien cuál iba a ser el plan de los próximos meses, y una vez que ya lo he sabido, me lo ha generado precisamente saber que ya tenía un plan (¡bendita incoherencia opositoril!). Me ha vuelto un poco la ansiedad, el entrar en bucles  mentales de los que me resulta difícil salir, que los pensamientos me ataquen una y otra y otra vez, el insomnio....Y aún así estoy contenta (qué paradoja ¿eh?).

Creo que sé la respuesta, bueno, las dos respuestas. La primera es volver a tener alineada mi cabeza, mi cuerpo (estos dos, salvo el Jorobado de Notre Dame, todos más o menos venidos así de fábrica) y mi corazón/espíritu. Después del examen me perdí, porque llevaba un año entero entregandome a algo que al final resultó no ser. El no encontrarme, no saber preguntarme y responderme, no poder predecir mis propios pensamientos...me desestabilizó infinito. 

Por contra, el saber ahora si tengo o no fechas límites en esta travesía, si puedo o no mejorar más en lo que hago, si creo o no que puedo (aunque esta respuesta esté sujeta al Bipolarum Opositorum siempre) incluso haber sido capaz de verbalizar que quizá no pueda, y que con ello no se acabe el mundo...me ha reequilibrado ¡y casi vuelvo a ser yo! Lo del casi es porque yo lo que es yo, solo volveré del todo cuando esta etapa finalice.

La segunda de las respuesta es que creo en el plan. Probablemente nunca me había pasado. Al principio porque era/soy muy mía "y si he pasado por la uni con mi método, esto me lo saco con el mismo" (léase como si fuera una señora de 200 kg, voz grave y papada). Luego porque la orientación del prepa no era correcta y el acabar estampada contra el suspenso estaba más que cantado (como se ha podido observar). Y luego, porque ya no había opción de cambio, no había margen de maniobra y había que llevarlo hasta el final (ni marcha atrás ni tu tía).

Así que ahora, que estoy conforme, pese al esfuerzo que me va a suponer -académico y psicológico- estoy conforme. Porque de aquí sacaremos algo en claro y veremos si esta oposición es para mi o, por contra, el destino me tiene preparados otros caminos tortuosos a los que pueda voluntariamente dirigirme con mi sonrisa de niña que no ha roto un plato y mi sonrisa de ignorante de la vida. Pero eehhp! esa será otra historia, a la que si llego, ya os contaré.

"No importa lo duro que fue el pasado, siempre puedes empezar de nuevo" -Buddha

Duro con ese estudio y que no se os coman los folios!

viernes, 15 de abril de 2016

Estado: "deciendo..."

Vuelvo un poco al origen, de contarme lo que me pasa durante este camino. Iba a escribir sobre mis progresos para concentrarme y mis nuevos trucos, pero la verdad es que no son estos los pensamientos que han centrado estos días.

Escribo menos frecuentemente porque me pasan menos cosas por la cabeza, bueno miento. Me pasan torbellinos de ideas, pero en fracciones de tiempo cada vez más breves. Imagino que es bueno para la oposición, significa que vivo más tiempo concentrada que en otros lados, pero claro, implica tener "menos cosas que contar". Y lo pongo entrecomillado porque son muchas las cosas que me pasan, pero siempre las mismas, casi en bucle. Siempre me he preguntado por qué nos aburren las conversaciones monotemáticas pero en cambio podemos pasarnos días o meses repitiendo los mismos pensamientos sin pizca de remordimiento.

Estas semanas vuelvo a encontrarme en una encrucijada. Una bifurcación de caminos en la que están por un lado el camino desértico y por el otro el camino boscoso. Día o noche. Largo o corto. Y yo solo puedo decir ¡no lo sé!. ¿Qué camino asegura más la llegada a meta?¿Cómo sé que decido con la cabeza y no con las ganas o la desesperación o simplemente el miedo? 

Y ahí estoy. Decidiendo. Como cuando en whatsapp ves el eterno "escribiendo..." de ese contacto del que anhelas cualquier tipo de respuesta. Decisión que sabes probablemente sea el que te permita conseguir tu propósito o el que determine que tu camino avance por otros derroteros. Y mientras.... a estudiar, a seguir un plan que no sabes si es el que continuarás haciendo los próximos mes.es o no durará más allá del próximo cante.

¡Qué autodominio del pensamiento! Cada uno de estos días lo he pensado. Probablemente la últimas de las capacidades que he tenido que llevar un puntito más allá de los límites que creía más que superados. Estoy doblemente orgullosa de haberlos rebasado, porque ha habido momentos en que llegué a pensar que era una capacidad que había perdido para siempre.

Otros días he pensado mucho y muy fuerte aquello de "ojalá estuviera harta de la oposición y quisiera dejarla". Escrito suena más heavy que pensado, la verdad. De hecho parece una contradicción enorme, pero para mi en esos momentos en que lo pienso, tiene todo el sentido del mundo. Imagino será la impotencia de no ser una "machine", y aún así saber que me sigue encendiendo todos los instintos este reto, cada vez que veo un tema es sentir el asqueamiento de saber a qué clase de montaña me enfrento, y conforme avanzo pasar a la desesperación y finalmente al éxtasis cuando lo canto bien. Es una relación amor-odio enfermiza, en un círculo vicioso, que cuando quiere más tu se lo das, y cuanto más das más ves que puedes dar, y así.

Estoy contenta con el avance, con haber aprehendido que ir más lenta no significa ir peor, pero sobre todo, de haber sido capaz de verbalizar que es probable que no lo consiga. Superar la barrera de ese miedo sin que me entren unas enormes ganas de llorar (solo unas poquitas), implica tener los pies aquí y ahora. Puede que también pueda significar mucho más, como el estar más cerca... o no. Sea como fuere lo comprabaremos.

Buena semanita :-)

domingo, 3 de abril de 2016

Oniria opositoril (I)

Mi mente siempre ha tendido a digerir y analizar la realidad de mi día a día a través de los sueños. Esta es una de las razones fundamentales por las que odio las pelis de miedo, porque irremediablemente esa noche sé que me veré envuelta en alguna de sus tramas. 

La oposición, realidad para nada absorbente -nótese la ironía- también ha dado, da y (aventuro a decir que) dará, multitud de mal llamados "sueños", y mejor dicho pesadillas. Siempre que he tenido alguno he dicho "debería tener una libretita para apuntarlos...", pero nunca acababa haciendolo. Y ahora, que la oposición parece que ha acabado con toda mi esencia creativa, me dispongo a tirar del último de estos sueños. Anoche mismo. Imagino que no será la última vez que los relate porque si bien mientras suceden, los sentimientos no suelen ser de los agradables, al volver a pensarlos suelo acabar riéndome de las historias absurdas que llega a montar mi cabeza. 

Allá va:

"El sueño comenzaba en mi casa, con una llamada de teléfono de una amiga del sur de España opositora a judicatura, que me proponía suuuuper entusiasmada el plan del Siglo: ir a un retiro de opositores para estudiar a tope.

En el sueño el plan me pareció de lujo. Total, sabía que estaban ahora dándolo todo como consecuencia del inicio de sus orales, ¿qué podría salir mal? Yo aprovecharía el silencio y las instalaciones (suponía que eran fabulosas, dado el entusiasmo de mi amiga) para pegarle un buen empujón a las últimas reformas que me estaban volviendo loca. Así que, acepté sin dudarlo.

Con la habilidad de teletransporte que caracteriza todos los sueños, la siguiente visión era estar en una ermita, alejada de la mano de Dios y rodeada de montañas altísimas, rocosas y poco frondosas. La gente iba con abrigos de colores muy chillones, iban con una conversación animada, como si se conocieran de toda la vida...y ahí fue cuando empecé a preguntarme que qué pintaba yo allí, si ni siquiera era de su misma oposición, ni conocía quién organizaba aquello...

Así que empecé a acercarme a la gente con idea de descubrir un poco más del lugar, la organización y el motivo de ese retiro. A una de las chicas que andaba por allí le pregunté "¿Oye y ese ruido que se oye entonces es el Ebro que pasa por aquí?" (e internamente mientras decía eso pensaba "¿el Ebro por el sur?¿Qué pasa aquí?Esto es peor de lo que pensaba") Y me contestaba que sí, que justo delante había unas cascadas enooormes, aunque no podíamos verlas desde allí. Aproveché y le pregunté quién organizaba todo ese retiro -que a mi ya me estaba sonando un poco sectario- y me dijo que las Trinitarias (no sé por qué, ni quiénes son, ni siquiera he conocido a una trinitaria en mi vida). Y me sonó más raro aún. 

Pero bueno, empezamos a andar por el monte y recuerdo mirarme los pies y pensar que menos mal que me había puesto deportivas, e inmediatamente volvía a extrañarme porque cuando voy a cosas de la oposición suelo llevar siempre las botas de tacón. Otro dato más que no encajaba, yo cada vez más extrañada y con una sensación de ir metiéndome en la boca del lobo para morirse.

De repente nos metimos en una casa 4 chicas y los organizadores nos dicen que allí pasaríamos nuestra estancia. Entonces miraba a mi alrededor y mientras de fondo escuchaba la alegría de mis compañeras de "retiro", veía un horror de casa: los suelos levantados, muebles antiquísimos y descuidados, camas sin hacer y en las sillas mil prendas amontonadas.

Y allí estaba yo, metida en un piso donde la paz brillaba por su ausencia, con 4 chicas que parecía que menos estudiar iban a hacer de todo, una maleta llena de temas y un tierra trágame ya....y así desperté

Moraleja: nunca nunca nunca vayáis a un retiro opositor en el que el Ebro pasa por el sur".

Buena semanita ;-)

PD: ¡Todos los sueños opositoriles serán bienvenidos!